De pronto, sin yo esperarlo, llegó a mí una linda historia: un niño de apenas 5 años le puso a su perro el nombre Lana. ¿Por qué se lo puso? Dijo el niño cuando se lo preguntaron: porque no es nombre ni de hombre ni de mujer.
Tal vez para muchos esta historia puede ser minúscula e intrascendente, pero para mí significó mucho porque me da esperanza de una nueva generación de personas justas, empáticas y generosas, a quienes las identidades de género no los asusten.
Una nueva generación de personas que abracen la diversidad, para quienes lo importante sean los valores de la gente y no su sexualidad. A nadie debería molestarle la orientación sexual de cada quien, ni cuál es el género con el que mejor se identifica cada uno.
¿Y por qué es importante visibilizar este tema? ¿Por qué es importante que, por ejemplo, en la inauguración de los juegos olímpicos de París se haya dado tanto espacio a este tema? Porque las minorías existen y el mundo necesita verlos y aceptarlos, para evitar la discriminación, para ir ganando poquito a poquito espacios de valor y representatividad, para evitar más muertes por crímenes de odio.
El mundo ya vio movimientos como éste. Hubo un tiempo en el que los negros eran esclavos, no tenían derechos, tenían espacios prohibidos, no accedían a cargos de dirección, ni de gobierno. Hubo un tiempo en el que las mujeres eran intercambiadas como mercancía, no podían votar, no podían dirigir empresas, no se podían divorciar, eran obligadas a casarse muy jóvenes.
Lamentablemente sigue habiendo discriminación contra negros y mujeres; la lucha sigue, pero no se puede negar que ha habido grandes avances para estas poblaciones y eso es lo que se debe lograr para las demás minorías.
¿Te indignas porque un hombre baila ballet en los techos de París, en falda y maquillado? Tómate un tiempo para indagar en tu interior de dónde proviene tanto rechazo, a qué le tienes tanto miedo, ¿le hace daño a alguien esa persona o simplemente está siendo libre y feliz? ¿Por qué mejor no usas tu indignación para denunciar las injusticias, la violencia, la pobreza, la corrupción, el maltrato, la guerra, etc. etc. etc?
Aprendamos pues del dueño de Lana, un niño de tan solo 5 años que sabe más de inclusión que muchos de nosotros. Luchemos por una sociedad respetuosa de lo diverso, donde no importe si eres hombre, mujer, no binario, heterosexual, homosexual, bisexual, lesbiana, gay, transgénero, transexual, intersexual, queer y el resto de las identidades y orientaciones incluidas en el +, pues nada de ello te define como persona y, mucho menos, define los derechos de los cuales debes disfrutar ni los deberes que debes cumplir.
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