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6. Justo En El Día Del Padre

Hoy hago un alto en mi relato para recordar el día en que mi hija nació. Era un día del padre como hoy y fue un regalo, no sólo para su papá, sino para todos nosotros; especialmente para mí. Hace 22 años mi hija llegó justo en el día del padre…

La vida era buena y nueva. Nuestras páginas estaban esperando ser escritas y mi hija llegó como un soplo de hermosura y dádivas justo en el día del padre…

Pero no empezó a nacer ese día ¡no! Su nacimiento comenzó 48 horas antes porque ella es así, le gustan las entradas apoteósicas y hacerse notar. Ella no podía nacer y ya. El compás de espera fue notorio ¡si lo sabré yo! Y eligió venir al mundo justo en el día del padre…

Los médicos, todos papás, ya no sabían qué hacer para que la niña aterrizara de una buena vez en este mundo y poder ir a celebrar con sus familias. Sus celulares sonaban mientras yo me retorcía de dolor con las contracciones. ¿A qué hora llegas? ¡Y ella no llegaba! No fue sino hasta las 14:20 que asomó a este mundo, colorada, con sus ojazos abiertos de par en par, dispuesta a no perderse ni un detalle de su nuevo hogar. Nunca olvidaré el primer momento cuando la tuve entre mis brazos y me inauguré como mamá justo en el día del padre…

Desde entonces esa criatura es mi roca, mi inspiración y mi orgullo. Ella me sostiene, me acompaña, me consuela, me aconseja y … por supuesto me hace renegar ¡faltaba más! Los días son divertidos a su lado. Siempre aprendo algo con ella y nuestras conversaciones son enriquecedoras e interminables. Nos encanta hacer maratones de Netflix, me confía sus cosas, perdona mis errores y valora mis aciertos. Todo es más fácil cuando hablamos nuestro idioma y cuando nos perdemos en los vericuetos de nuestras locuras. Ella es la hija que siempre soñé tener y por eso, a pesar de todo, sé que Dios existe.

Por todo ello, me da lástima la persona a quien le regalaste la dicha de ser padre cuando naciste y que ha decidido no ser parte de tu vida porque no respira tu aire, no se alimenta con tu alma, ni goza con tus logros. Y porque el arrepentimiento más grande cada año llegará justo en el día del padre…

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