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65. Suegra

¡Tantos chistes que se hacen a costa de este personaje con el cual nos encontramos o en el que nos convertimos alguna vez en la vida!

Desde la suegra bigotona de Condorito, hasta la ponzoñosa suegra de Monster-in-law, pasando por la insoportable (y fascinante) Endora, nos hemos carcajeado siempre al ver cómo las suegras le hacen la vida imposible a los que han osado llevarse “a los príncipes y princesas de mamá”.

Hay algunas personas que tienen la mala suerte de que les toque una suegra envidiosa, rajona, mentirosa, zizañosa, cuyas balas incluso alcanzan a su propia familia, siempre con rostro despectivo y aire de superioridad moral; MUY católica, ¡eso sí!, pero incapaz de poner en práctica el amor al prójimo, la generosidad, la sinceridad…

Hay algunos seres humanos que tienen que estar como debutante en Bridgerton esperando que la suegra los apruebe, como si tuvieran que demostrar que son lo suficientemente perfectos para “merecer” entrar a su familia…

Hay gente que se pasa la vida tratando de conectar con la suegra, sin éxito alguno…

Hay individuos a quienes su suegra nunca ha insultado, pero a quienes tampoco ha dado apoyo, cariño, ni elogios, y a la gente no se le conoce sólo por sus palabras y sus actos, sino también por sus silencios…

Hay suegras que tratan mal a sus nietos, al lado de las cuales doña Treme, madame Viola y su majestad Endora parecen santas y beatas…

Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no apoyan a otras mujeres dijo Madeleine Albright alguna vez y, si bien es cierto que una suegra bruja le puede tocar tanto a él como a ella, pienso que ese lugar especial del infierno le corresponde especialmente a las malas suegras de las esposas porque, aunque sea por sororidad, deberían siempre sentir una empatía y conexión especiales con sus nueras…

Hace mucho que soy suegra, hasta ahora ha sido “de mentirita”, pero siempre he recibido con cariño a todas las medias naranjas de mis hijos y he tenido presente quién quiero ser para los nuevos miembros de mi familia, aunque estos sean pasajeros…

Sólo en una oportunidad he tenido que sacar las garras para proteger a uno de mis hijos porque hubo violencia y mal trato;  espero de todo corazón que nunca más aparezca en el horizonte una persona de tan baja calidad moral…

¡Definitivamente, la idea es NO ser Endora, Treme ni Viola! Y esto equivale a decir que trataré siempre de ser una buena persona, aceptar las diferencias, acoger a los nuevos miembros de la familia, compartir momentos, sin dejar de ser honesta con mis principios o sentimientos. Veremos qué tal me va… Eso sí, tú que leerás esto en el futuro, y que has entrado a mi familia, nada de llamarme “suegrita”, ni “suegri”, ni nada que se le parezca. Si no te oigo, refiérete a mí como quieras, pero cuando yo esté presente, por favor llámame por mi nombre, que es muy bonito…

Tatá! (para los que no son de mi generación, así se despedía Endora 😊)

Crédito: Alamy Stock Photo

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